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Competencias de un buen orientador

Al igual que la persona que diseña recursos debe de tener unas competencias concretas, si pensamos en competencias para un orientador se nos vienen a la cabeza las siguientes: empatía, habilidades sociales, inteligencia emocional, asertividad, habilidades comunicativas, respeto, habilidad en TICs, flexibilidad, liderazgo, confidencialidad, acompañamiento, etc. Pensando en las competencias adecuadas del orientador hemos realizado un esquema general de las competencias entre todos los componentes de la clase.

Si nos fijamos, gran parte de las competencias que un orientador profesional debe de tener, son competencias personales o de intercomunicación. Todas estas competencias pueden ser aprendidas, aunque dependiendo de la personalidad de la persona, le será más sencillo o algo más complicado.
 
Teniendo en cuanta todas estas competencias y el artículo de Martínez Clares y Echevarría, las competencias las podríamos clasificar en grandes grupos: Saber, Sabor, Saber ser, Saber hacer y Saber estar. Asociamos que Saber ser está conectado con las competencias personales, Saber hacer va relacionado con la metodología, Saber estar está relacionado con la adecuación de uno al contexto, Saber es la técnica y Sabor es aquello que endulza la vida, es decir, la motivación, la vocación, etc.


Para interiorizar estos conceptos y poderlos difundir, decidimos realizar una orientadora de cartón, a la cual la llamamos Freda. En ella situamos, de forma común, los 4 saberes y el sabor en una zona concreta del cuerpo. Se reparten todas las competencias al grupo y cada uno debe de ir colocándolo donde lo vea preciso.

Una vez que se colocaron todas las competencias, se dio una explicación del lugar al que correspondía a cada competencia. La lista quedó de la siguiente forma:

Saber (Técnica): 

- Inteligencia Emocional.
- Conocimientos (Becas, portales, recursos…).
- Habilidades sociales.
- Formación académica/ permanente.
- Capacidad para el diagnóstico.
- Informar.

Saber estar (Participativa):

- Negociador.
- Escucha activa.
- Trabajo en equipo.
- Liderazgo.

Saber ser (Personal):

- Tolerancia a la frustración.
- Reflexivo.
- Empatía.
- Cercanía.
- Asertividad.
- Respeto/ Sensibilidad a la diversidad.
- Confianza en sí mismo.
- Autorrealización.
- Proactivo/ Resolutivo.

Saber hacer (Metodología):

- Interpretación/ análisis comprensivo de la información.
- Lenguaje verbal y no verbal.
- Acompañamiento /guía.
- Confidencialidad.
- Horizontalidad.
- Dar y exigir autonomía.

Sabor:

- Motivador/ Implicación.
- Vocación.
- Empatía.
- Cercanía.
- Asertividad.

Al acabar de colocarlas, esas competencias habías que situarlas en la orientadora. Poco a poco vestimos a la orientadora con todas las competencias que debe de tener, creando así a la orientadora idónea para llevar a cabo un proceso de orientación para el desarrollo profesional y vital.

Además los demás compañeros hicieron grandes presentaciones y muy creativas. La que más me llamó la atención fue donde "cocinaron al orientador perfecto" con las competencias como ingredientes. Otro grupo nos pusieron un vídeo donde por medio de películas nos enseñaron los tipos de orientadores que hay. También me llamó mucho la atención el grupo que puso en escena dos situaciones reales, vividas por una de las componente del grupo, donde se reflejaba una situación no muy buenas y otra situación con una buena orientadora. Y, por último, expusieron un grupo mediante un role playing visualizando dos escenas una donde el orientador pasaba de ella y otra donde el orientador se involucraba para potenciar al orientado. 
 

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